Hace un tiempo estuvimos dando luces de algo que estábamos trabajando, y es que estábamos cultivando una maravilla para poder compartirla con ustedes.
En el gran mundo de las frutas, existe una especie nativa de Chile que ha cautivado los corazones y los paladares de aquellos que la han probado: la Frutilla Blanca, también conocida como Fragaria chiloensis. Esta delicada fruta, considerada “la madre de las frutillas”, ha tenido un impacto sorprendente en la historia de las fresas que conocemos hoy en día.
Hace más de 100 años, un francés llevó consigo las semillas de esta especie a Europa. Allí, los científicos utilizaron esta joya genética en la cruzada con la tradicional fresa (Fragaria Ananassa), la cual encontramos comúnmente en los mercados. Gracias a esta fusión de sabores y aromas, nació una nueva generación de fresas que conquistó los más diversos paladares.
La Frutilla Blanca destaca por su exquisita carne blanca y sus intensos aromas dulces y herbáceos. Su temporada es corta, abarcando desde mediados de diciembre hasta finales de enero. Es ideal para disfrutarla fresca o utilizarla en la elaboración de postres y tortas, entre otros.
En décadas pasadas, la Frutilla Blanca era abundante en Chile. Sin embargo, con el tiempo y debido a diferentes factores, su cultivo se fue perdiendo y olvidando. Pero no todo está perdido, ¡puedes convertirte en un cultivador de esta joya frutal!
Cultivo
Cultivar Frutilla Blanca es más fácil de lo que piensas. Solo debes encontrar un lugar con buen drenaje para evitar que el agua se encharque. Además, es importante que reciba exposición directa al sol para un óptimo desarrollo. Asegúrate de abonar el suelo con abundante materia orgánica, como compost, para brindarle los nutrientes necesarios. Durante los meses calurosos, no escatimes en riego para mantenerla feliz y saludable.
No olvides podar constantemente los estolones o hijuelos de la planta. Esto permitirá que canalice su energía en la producción de frutos y te asegurará una cosecha abundante y sabrosa.
¿Sabías qué…? El Pueblo Mapuche fue el primero en cultivar estas bayas, a las que llamaron kelleñ, y se utilizaron para muchos fines. Ciertamente se comían frescas, como suelen ser las bayas, pero los mapuche también secaban las frutas blancas de manera similar a las pasas y las incorporaban en una versión de chicha fermentada.
Propiedades y beneficios
Pero eso no es todo, la Frutilla Blanca también tiene una lista interminable de propiedades y beneficios para tu salud. Además de ser rica en antioxidantes y minerales como el manganesio, el magnesio y el potasio, es una excelente fuente de vitamina C, B2, B3 y ácido fólico. Su contenido de fibra la convierte en una aliada para una buena digestión, y gracias a su alto porcentaje de agua, es perfecta para mantenerte hidratado. ¡Y lo mejor de todo es que es baja en azúcar!
Así que no esperes más, sumérgete en el mundo de la Frutilla Blanca y experimenta su sabor único y fascinante. Cultívala en tu propio jardín y disfruta de su dulce recompensa. ¡Te aseguramos que será una experiencia frutal inolvidable!


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